Todo atado y bien atado. Es conocido el afán inmobiliario que rodea a los descendientes del dictador Francisco Franco. ‘Aparcar en Madrid’, sobre plazas de parking es un negocio que ha estado beneficiando a los Franco desde hace tiempo. Ríos Rosas, Princesa, Atocha, Alcalá, Ponzano o Lavapiés son algunos de los barrios de la capital donde existen aparcamientos que son propiedad de la familia del general golpista. Todo empezó con el legado de su hija María del Carmen Franco y Polo (Carmencita) y sus hijos, con Francisco Franco y Martínez-Bordiú a la cabeza de los negocios.
No obstante, el patrimonio de los Franco no se limita únicamente a este tipo de negocios. Según el periodista y escritor Mariano Sánchez, autor del libro Los Franco, S.A, la fortuna de la familia del dictador oscilaría entre los 500 y los 600 millones de euros. Y es que, a estos aparcamientos hay que añadirles todas las propiedades actuales, entre las que se encuentran la Casa Cornide en A Coruña, el pazo gallego de Meirás, la residencia de la calle Hermanos Bécquer, además de numerosos pisos de lujo en el centro y fincas repartidas por todo el país (el polémico patrimonio en el extranjero es un mundo aparte).
Pero ahora con el ‘todo vale’ para los míos, que se está desarrollando en el MMadrid el PP, son los bisnietos del general, Francisco de Borja y Jaime Ardid Martínez-Bordiú, hijos de la segunda nieta del dictador, María de la O (Mariola) Martínez-Bordiú, y Rafael Ardid, se suman a la fiebre inmobiliaria de lujo en el centro de Madrid, especialmente en la calle Velázquez, una de las más exclusivas de Madrid. Estos constituyeron en junio del año pasado ARD V53, una sociedad participada al 100% por ARD-ID Investment & Development, el holding familiar de los hijos de Mariola y Rafael, Jaime, Javier y Francisco.
Así, ambos hermanos cerraron el verano pasado la compra de Velázquez 53, según indica el Confidencial, por el edificio, uno de los escasos inmuebles a la venta en la zona más prime de la capital, el barrio de Salamanca, pagaron entre 60 y 64 millones de euros, una cifra muy elevada, según los expertos consultados entonces, si el objetivo de los Ardid Martínez-Bordiú era levantar un proyecto residencial de lujo, ya que supondría vender las viviendas por encima de 13.000 euros el metro cuadrado.
El futuro proyecto, por el que ya se habrían interesado fortunas latinoamericanas, cuenta con seis plantas, con dos viviendas por planta, entre 350 y 390 metros cuadrados, distribución que, según los expertos consultados, podría mantenerse. Además, el inmueble tiene 12 trasteros y 22 plazas de garaje, 11 de ellas cubiertas y 11 en superficie.
Según publicó ese digital, el inmueble se encontraba arrendado cuando fue adquirido, solo una de las viviendas estaba sin alquilar, con contratos de vencimiento que terminan entre este año y el 2024, por lo que se da por hecho el desalojo de sus inquilinos. Para ver el estatus de esa zona, los precios de dichos alquileres, algunos de los cuales datan incluso de 1998, se mueven entre los 3.500 euros al mes, sin IVA, del entresuelo hasta los 12.500 euros del ático.