La mayoría de la prensa ucraniana ha bautizado como Batallón España, la trama de millonarios acompañados de sus hijos que se han refugiado en la península ibérica para estar lejos de la guerra y ocultar sus fortunas. En Rusia ha pasado algo parecido, como suele pasar en todas las guerras, pero no con la repercusión que ha tenido en Ucrania.
El nombre procede del lugar de destino de los huidos, pero también pretende ser una ironía sobre la cobardía de los investigados por escapar del esfuerzo de guerra para hacer frente a la invasión rusa. Desde el norte en Catalunya hasta el sur de Andalucía, se aprecian por las carreteras infinidad de coches de gama alta con matrículas ucranianas.
Uno de los miembros de esta red que ya está siendo investigado es el comisario militar de la ciudad de Odessa, Yevgeni Borisov, quien en abril fue cesado de sus cargos. Las autoridades de Kiev ya han pedido a sus homólogas españolas que les ayuden a investigar los movimientos económicos de este militar.
Hay que recordar que la corrupción del país es una de las más altas de la región y el Gobierno de Kiev pone todos sus esfuerzos en limpiar su imagen y evitar que Occidente limite su apoyo por temor a que acabe en manos de corruptos. Sin ir más lejos, en mayo de este año ya organizó una purga en el Tribunal Supremo, donde se detectó una trama de sobornos ilegales. Pero la trama continúa…