El partido ultra Vox cerraba la campaña para las elecciones generales del 23J en la plaza de Colón de Madrid dando prácticamente por sentado la mayoría de derechas. Pero 48 horas después, durante la noche electoral, la euforia de Vox se volvió realidad al ver los resultados en las urnas.
Los de Santiago Abascal han perdido más de 600.000 votos y han pasado de 52 a 33 diputados. Este descenso en la representación parlamentaria deja el partido de extrema derecha sin las cartas que ha utilizado durante la última legislatura: no podrán presentar una moción de censura en solitario, ni tampoco podrán recurrir al Tribunal Constitucional.
Durante la última legislatura Vox ha promovido en solitario dos mociones de censura contra el ahora presidente en funciones, Pedro Sánchez, que no llegaron a ninguna parte. La primera fue en el 2020, en plena pandemia, y el propio Abascal fue el candidato alternativo a la presidencia. La última moción de censura fue este mes de marzo y en esta ocasión el candidato alternativo fue Ramón Tamames.
Con los resultados de este domingo esto ya no será posible. Para presentar una moción de censura se necesitan al menos las firmas de un 10% de los escaños, que son 35 diputados. Por eso, si quieren repetirlo necesitarán el apoyo de al menos dos diputados más de otros grupos políticos. Además en la última legislatura recurrieron más de 40 normas.
En cuanto a los recursos en el Tribunal Constitucional (TC), los de extrema derecha han presentado al tribunal una cincuentena de recursos contra leyes aprobadas en el Congreso.
La ley contempla que puedan presentar recursos en el Constitucional el presidente del gobierno, el defensor del pueblo, 50 diputados o 50 senadores, además de los gobiernos y parlamento autonómicos. Por eso, con los ahora escasos 33 diputados, la vida de los recursos jurídicos también queda bloqueada para Vox.
